Fases del proyecto
FASES DEL PROYECTO
En el año 2002 Grupo Villar Mir, comenzó a diseñar la estrategia de ejecución de la torre, basada en cuatro condiciones básicas: seguridad de las personas, que fue prioridad absoluta, calidad en la ejecución, coste y plazo.

Con respecto al resto de actividades (fachadas, instalaciones, ascensores, albañilería, etc.), los equipos de Torre Espacio y de OHL diseñaron un programa acorde con el ritmo de progresión de la estructura, reduciendo los caminos críticos de la construcción, anticipándose a los problemas de elevación de materiales y dimensionando los medios auxiliares de la obra.
Durante la fase de cálculo de la estructura y cimentación de la torre se encargaron dos estudios en túnel de viento, el primero a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid y el segundo a la Western Ontario University, en London (Canadá), donde se realizan habitualmente los estudios de viento para los edificios más altos del mundo. Este tipo de estudios tiene por objeto medir la respuesta del edificio (estructura y fachada) frente a cargas horizontales, que en el caso de Madrid, al no ser necesario tener en cuenta en el cálculo ninguna componente sísmica, se reducen al viento. En dichos estudios se hicieron dos mediciones diferentes –una con la torre aislada y una segunda considerando el efecto de la torre más cercana– que permitieron calcular el movimiento de la torre y su aceleración para diferentes intensidades y direcciones del viento. En los estudios realizados por la universidad canadiense se constató que, debido a su sección variable en altura y simétrica respecto a un eje, Torre Espacio se mueve no sólo en la dirección del viento, sino que también gira alrededor de su eje, con un efecto de torsión. Se optó por una estructura de hormigón de alta resistencia, con estructura mixta (hormigón y acero) en algunos elementos singulares sometidos a cargas especialmente altas.

El hormigón de alta resistencia, caracterizado por conseguir resistencias de entre dos y tres veces la de un hormigón tradicional, con la misma dosificación de cemento y en plazos mucho más cortos, se fabrica incorporando como aditivo un producto llamado “microsílice” o “humo de sílice”. Caracterizado por su extremadamente baja granulometría, lo produce la empresa Ferroatlántica, s.l., también perteneciente al Grupo Villar Mir, que es líder mundial en fabricación de silicio metal, producto en cuyo proceso de fabricación se produce el microsílice.
La elección de una estructura de hormigón de alta resistencia planteaba dos problemas: el primero, común a cualquier estructura de hormigón, de plazo de ejecución; y el segundo, específico del hormigón de alta resistencia, de puesta en obra, pues nunca se había bombeado hormigón de alta resistencia a 230 m de altura. La solución al problema del alargamiento del plazo fue diseñar un ciclo constructivo industrializado, que fuera lo más repetitivo posible. Se ideó un sistema de encofrados autotrepantes para los núcleos y de consolas autotrepantes para el perímetro de la fachada, consiguiendo así ritmos de construcción que se pueden calificar de vertiginosos, de sólo cinco días por planta en el caso de las plantas altas. En cuanto a la puesta en obra, se resolvió contratando a una compañía especializada en caracterización de hormigones que colaboró eficazmente en la determinación de la composición y dosificación del hormigón para hacer posible su bombeo a la altura requerida.
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